Inspección de gases de escape: ¿por qué es necesaria?

La inspección de gases de escape de un automóvil es una prueba que se realiza para verificar el nivel de contaminación que emite el vehículo. También sirve para diagnosticar el estado del motor y el sistema de escape. Los compuestos que se analizan son el dióxido de carbono (CO₂), el monóxido de carbono (CO), hidrocarburos, el oxígeno y los óxidos de nitrógeno. Dependiendo del tipo de motor, gasolina o diésel, se utilizan diferentes métodos y valores límite para medir estos gases.

  Inspeccion-gases-escape ¿Cómo se realiza el análisis de emisiones de un coche?

El analizador de gases permite conocer la cantidad de emisiones contaminantes que un vehículo expulsa por su tubo de escape. Esta herramienta arroja diversos resultados, entre los que destacan la proporción y la concentración de cada gas en el humo del motor. Con esta técnica también se puede conocer si el motor del coche está emitiendo algún gas tóxico o inflamable, así como la existencia de posibles fugas en el circuito.

Existen varios sistemas para llevar a cabo la inspección de gases de escape. El más común mezcla las emisiones del motor con un reactivo. Cuando los compuestos pasan por dicha sustancia, esta reacciona y cambia de coloración. Existen otros tipos, como los instrumentos basados en la variación de la conductibilidad eléctrica con diferentes sustancias, así como los analizadores de rayos infrarrojos y ultravioletas. Los dispositivos de análisis que funcionan mediante la luminiscencia química se emplean fundamentalmente para detectar óxidos de nitrógeno.

¿Por qué es necesaria la inspección de gases de escape?

La inspección de gases del motor nos permite diagnosticar posibles fallos en el proceso de combustión. Asimismo, puede detectar posibles problemas en el sistema de encendido. Sin embargo, su función principal es la de controlar la cantidad y porcentaje de las distintas sustancias que emite el coche por el tubo de escape. De hecho, esta prueba es obligatoria para pasar la inspección técnica de vehículos (ITV).

La aparición de ciertos compuestos en el análisis puede ser síntoma de varios problemas. Si el análisis arroja altos niveles de monóxido de carbono, puede significar una combustión incompleta. Una cantidad anormalmente alta de dióxido de azufre, sobre todo en los coches diésel, es señal de que el motor no funciona adecuadamente. Este compuesto es el culpable de la denominada lluvia ácida. Por otro lado, un exceso de combustible o una fuga del aceite hacia el interior del motor pueden estar detrás de una alta concentración de hidrocarburos en las emisiones del escape.

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